30 Sep El alcoholismo en la tercera edad
El alcoholismo en la tercera edad es un problema del que se habla poco y del que se sabe todavía menos, por eso queremos tratarlo en Tu Mayor Amigo, servicio de ayuda a domicilio para personas mayores en Santiago.
Muchas personas mayores sufren soledad y aislamiento, lo cual les induce a consumir alcohol para sustituir aquello que les falta. Es posible que la mayoría de ellos hayan empezado con este problema durante su juventud o edad adulta pero las consecuencias en la tercera edad pueden ser peores. Aunque sí es cierto que, si el grado de alcoholismo es elevado, es difícil llegar a una edad tan avanzada. Se cree que hasta un tercio de los adultos mayores que son alcohólicos empezaron después de los 60 años.
Consecuencias del alcoholismo en la tercera edad
Caídas y roturas de huesos
El problema del alcoholismo en la tercera edad puede derivar en caídas con graves consecuencias como roturas de cadera, brazo, etc. Los huesos en personas de edad avanzada son más delgados y débiles, por lo que una caída puede ser muy grave y complicarles la vida.
Accidentes de tráfico
Beber y conducir es un problema a todas las edades. Consumir alcohol afecta negativamente a los tiempos de reacción y coordinación. Incluso sin el consumo del alcohol, a partir de los 55 años de edad el riesgo de accidentes de coche es mayor. Además, las consecuencias en personas de la tercera edad de un accidente de tráfico son peores.
Peores relaciones con los familiares
El consumo de alcohol puede ocasionar disputas diarias en casa y con el resto de la familia. Beber demasiado puede conllevar problemas en casa. Como consecuencia de este consumo y de estas situaciones, la familia se aleja y se entra en una espiral de autodestrucción donde la vida se vuelve más complicada por lo que se tiende a beber más.
¿Cuál es la solución al alcoholismo en la tercera edad?
Cabe la posibilidad de que las personas de la tercera edad con problemas de alcoholismo también se pudieran beneficiar de las terapias psicológicas para reducir su consumo. No obstante, desde Tu Mayor Amigo insistimos en que el primer paso es aceptarlo y son ellos mismos los que deben presentarse voluntariamente a ellas. Si no, no tendrán demasiado efecto. Aún así, los diagnósticos y las terapias a seguir deben ser diferentes que el que se usa para personas adultas más jóvenes.
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