29 May La soledad en la tercera edad eleva el riesgo de sufrir un fallo cardíaco
La soledad y el aislamiento social no son una alternativa de vida para nadie. Sin embargo, según nuestra experiencia como una de las empresas de ayuda a domicilio en Zaragoza podemos decir que son cuestiones que se repiten con frecuencia entre nuestros mayores. Está sobradamente demostrado que estas condiciones deterioran su salud e incrementan notablemente las hormonas del estrés. Según una investigación científica reciente, este factor eleva el riesgo de sufrir un ataque al corazón, desarrollar artritis, diabetes de tipo 2 e, incluso, demencia senil.
Según ha avanzado la ciencia, la soledad entre las personas mayores también incrementa el riesgo de muerte prematura en un 26%, cifra que se eleva hasta 29 en el caso de las personas con aislamiento social. En concreto, este porcentaje asciende al 32% en los mayores que viven solos. Otra de las consecuencias que se recogen en varios estudios relacionan la soledad con la depresión y con un pronunciado deterioro cognitivo.
Sin duda, los sentimientos de soledad y la falta de socialización pueden desencadenar un buen número de consecuencias negativas. Por ello, es tan importante trabajar por un envejecimiento activo, mantener una relación estrecha con familiares e iguales en su misma situación. Precisamente, la socialización es una de las claves para lograr estos objetivos, ya que supone un aumento relevante en la esperanza de vida.
El hecho de hacer amigos es más importante, si cabe, en edades avanzadas. Reduce la sensación de soledad y ayuda a forjar relaciones con otros iguales, un hecho que les ayuda a ver que hay más personas en su misma situación. Así toman conciencia de que esta es sólo una etapa más de la vida y que hay que afrontarla con optimismo para vivir felices. Además, las relaciones sociales mejoran el bienestar de estas personas, reduciendo el riesgo de sufrir ansiedad y depresión.
Desde Tu Mayor Amigo queremos destacar que las relaciones sociales también contribuyen a mantener la mente activa, una condición esencial para evitar el deterioro cognitivo. En definitiva, es importante evitar la soledad y el aislamiento social a cualquier edad, pero resulta esencial hacerlo en la tercera edad con el objetivo de tener un envejecimiento saludable.
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