El riesgo de la soledad en las personas mayores

El riesgo de la soledad en las personas mayores

Según la Encuesta Continua de Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística durante 2014, ha aumentado el número de hogares unipersonales, rondando en España cerca de dos millones de personas mayores que viven solas.

 

Algunos motivos de la soledad son los problemas económicos, la mala salud como la ceguera o la pérdida de visión, la pérdida del cónyuge o persona con la que se convive o que los familiares actúan con indiferencia hacia los mayores. También influye el fin de la actividad laboral, ya que se pierde el contacto con los compañeros de trabajo y el quehacer diario.

 

La soledad en las personas mayores es un gran problema, ya que disminuye la calidad de vida emocional, creándose en ellos amargura y tristeza, por lo que pierden las ganas de mantenerse activos y por tanto empeora también su salud física.

 

El aislamiento social crea deterioro cognitivo en los mayores, ya que se crean depresiones, miedos, se pierde el sueño, aumenta el estrés y la demencia y disminuye el bienestar general. También se crean inseguridades para realizar las tareas diarias, aumentando aún más las depresiones.

 

La soledad no solo crea problemas cognitivos en los mayores, sino también problemas de salud física, ya que está demostrado que las personas que viven en soledad son más proclive a sufrir enfermedades cardiovasculares o hipertensión. Además, en el caso de sufrir caídas y fracturas tienen muchos más problemas para poder comunicarlo y recibir ayuda en esos difíciles momentos. Y no solo tienen problemas físicos, ya que la soledad y la depresión hace que se alimenten mal y tengan peor higiene, aumentando mucho más todos los problemas anteriores.

 

Según un estudio de la Universidad de Chicago, el riesgo de muerte prematura en una persona mayor que vive sola ronda el 15% más que una que vive acompañada, por lo que la soledad es un problema a tener en cuenta por la sociedad en general.

 

CONSEJOS PARA EVITAR LA SOLEDAD

 

Las personas mayores necesitan formar parte activa de la sociedad y de su familia, recibiendo cariño y estima, por lo que la familia tiene un papel fundamental para evitar la soledad del mayor y sus problemas derivados.

 

Mantener el contacto con las amistades y o los antiguos compañeros de trabajo ayuda a los mayores a mantenerse independientes y socialmente activos, compartiendo buenos momentos con todos ellos y no perdiendo las tradiciones que realizaban cuando eran más jóvenes y con mejor salud.

 

Rodearse de personas jóvenes es un buen aliado contra la soledad, ya que éstos le transmiten su alegría y ganas de vivir. Ya sean los propios nietos o personas ajenas a la familia sirven para transmitirse experiencias y conocimientos, hacerse compañía y vivir grandes momentos felices juntos.

 

Los servicios profesionales de asistencia domiciliaria y acompañamiento son otra buena forma de sentirse acompañado. Y no solo sirven para no estar solo, sino que también proporcionan cuidados sanitarios, mantenimiento del hogar, etc, llegando a ser casi como unos hijos más.

 

Otra forma de combatir la soledad es mediante la compañía de un animal, como por ejemplo un perro, ya que el mejor amigo del hombre aporta mucho cariño y compañía, además, al tener que sacarlo a pasear, el mayor se mantiene activo y puede socializar con otros dueños de perros en los parques por donde los saquen a pasear.

 

Entre todos debemos combatir la soledad en las personas mayores, un mal que nos puede afectar a todos.

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